Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
En un pequeño pueblo las frías brisas de invierno se alejan, días frescos con mas sol que nubes parecen nacer, la nieve se derrite y poco a poco todo aquello que bajo ella se encontraba comienza a renacer, las flores comienzan a mostrar sus hermosos colores junto con las hiervas que reverdecen. Es de mañana y un hombre con modestas ropas, de largo cabello tomado por una pequeña cinta y barba y bigote carga una pesada hacha, detrás de el una muchacha de largo cabello negro y rasgos delicados carga una canasta llena de provisiones, la muchacha llama a este hombre y le dice:
Parte 2
Parte 3
Parte 4
En un pequeño pueblo las frías brisas de invierno se alejan, días frescos con mas sol que nubes parecen nacer, la nieve se derrite y poco a poco todo aquello que bajo ella se encontraba comienza a renacer, las flores comienzan a mostrar sus hermosos colores junto con las hiervas que reverdecen. Es de mañana y un hombre con modestas ropas, de largo cabello tomado por una pequeña cinta y barba y bigote carga una pesada hacha, detrás de el una muchacha de largo cabello negro y rasgos delicados carga una canasta llena de provisiones, la muchacha llama a este hombre y le dice:
-Hace un lindo día hoy, ¿no Pazu?.- El hombre le mira y sonríe, luego mirando al cielo responde brevemente:
-Si, parece ser que la primavera a llegado.- Una vez termina de decir aquello sigue caminando, Pazu y Violeta ahora se encuentran en un apacible pueblo viviendo una vida normal, atrás quedaron los días de soledad en el bosque, desde que el hermano de Violeta, Crisantemo incendiara la cabaña donde vivían y ellos previniendo aquel ataque escaparon, no fue para nada un viaje simple o cómodo, tuvieron que escapar durante semanas ocultado su rastro, viviendo de lo que poseían y ocultándose en las posadas de los pueblos por breve tiempo, cuando ya Pazu y Violeta notaron que parecían no seguir su rastro pudieron intentar asentarse en aquel pueblo, llamado por los viajeros "windtown" puesto que se encontraba alejado de la gran capital y pocos viajeros llegaban por allí, debido a una rima popular que cantaba "de cualquier manera el viento soplara" se le coloco de aquella forma, en aquel pueblo alejado de todo no se conseguiría una gran vida señorial, solo quedaba una vida pacifica en la que"de cualquier forma el viento soplaría". Hoy en día Pazu se desempeñaba como leñador y cazador, se ocupaba de encontrar leña y cortarla para así poder venderla en el pueblo como calefacción en las aun frías noches, cazaba también animales de los alrededores, Violeta a su vez se preocupaba de los que haceres del hogar en donde ambos estaban viviendo y tomaba las pieles de los animales que cazaba Pazu para confeccionar prendas las cuales se pudieran comerciar en el pueblo, ambos trabajaban duro para poder seguir prosperando en aquel pueblo en el día a día. Los días de Pazu y Violeta en aquel pueblo se habían tornado calmados y felices, una extraña sensación de calma se encargaba de mantener sus días tranquilos, luego de los eventos ocurridos y de la vida escapando que tuvieron que llevar durante un tiempo, poder tener nuevamente un hogar en donde vivir aliviaba sus cansadas mentes. Pazu seguía intrigado con quien era en realidad, solo recordaba su verdadero nombre: "Lilium" y desde aquella revelación solo sostenía sueños deformes respecto a su anterior vida, muchas imágenes venían a el pero poco podía concluir de ello, se preguntaba si todo aquello seria real, si había sido un caballero tan flamante como le habían dicho,a su vez pensaba en que es lo que había hecho para ser exiliado, que tipo de crimen habría cometido, mientras Pazu seguía con aquellas ideas que no le dejaban reposar su mente en las noches, la joven Violeta se preguntaba una y otra vez porque su hermano necesitaba tan desesperadamente el relicario de su padre, que es lo que aquel artefacto poseía que le era tan importante, ademas de que su hermano también fuera un hombre bestia, acaso habrían mas tipos de hombres que pudieran mutar a su voluntad en bestias, siempre pensó que Pazu era un caso excepcional pero al parecer su hermano poseía mucha mas información de la que ella podría manejar por ahora. Se acervaba el fin de la jornada y tanto Pazu como Violeta se dirigían a su cabaña, una como tantas otras por aquel pueblo, mientras volvían a su hogar saludaban cordialmente a los aldeanos que allí habitaban, en un principio las personas rehuían sus miradas o al verles pasar no les saludaban pero Pazu y Violeta se habían encargado de mantener un perfil bajo pero amigable, ello parecía ajustarse a lo que las personas del pueblo les agradaba. Una vez en su nuevo hogar Pazu ayudaba en lo que podía a Violeta, Pazu no era un cocinero experto y hace mucho tiempo no cuidaba un hogar que se suponía estaría en medio de una civilización, generalmente las relaciones sociales las entablaba violeta, ella a pesar de ser bastante dulce y tímida muchas veces tenia un carácter muy fuerte escondido, Pazu se limitaba a hablar lo necesario y prefería responder de manera concisa a cualquier pregunta que se le hiciera, con la única persona con la cual podía mantener una conversación larga y tendida si lo ameritaba era con su querida amiga Violeta. El tiempo que habían pasado juntos Violeta y Pazu les hacia bastante cercanos, en un principio eran solo dos extraños que se conocieron por azares de la vida, pero hoy en día podían funcionar como un equipo y eran capaces de llevarse bastante bien, ambos entendían las normas del otro y podían respetarlas, un ejemplo de esto es que Pazu comenzó a usar una apariencia mas normal producto de que cuando llegaron por primera vez vez que al pueblo la gente parecía temerle por su destartalada apariencia, en ese momento Violeta le pidió si se podía encargar de la apariencia que Pazu llevaba, debido a que el hombre bestia había olvidado como vivir en sociedad le permitió realizar los cambios necesarios, ahora Pazu siempre portaba una barba y un bigote cortos y su pelo amarrado, a su vez Pazu le pedía a Violeta tiempo para meditar por lo que muchas veces se ausentaba a dar largas caminatas nocturnas, Violeta parecía preocuparse por su estimado amigo Pazu pero cuando recordaba lo feroz que podía llegar a ser parecía calmarse. Los días de ambos pasaban lentamente, hacían sus deberes y compartían los que haceres, en una noche como otras Violeta se acerco a hablar con Pazu, este se encontraba leyendo un gran libro que había obtenido de un extraño comerciante que viajaba de pueblo en pueblo, se trataba de un tomo maldito, escrito en medio oriente por un "árabe loco", este llevaba por nombre "necronomicon", el extraño anciano luego de venderle aquel libro había seguido su camino, Pazu cuando comenzó a ojear aquel extraño libro leyó sobre antiguas maldiciones y le intereso puesto que podría tener alguna información sobre su transformación y a lo que había sido condenado. Mientras Pazu leía con detenimiento aquellas paginas Violeta le interrumpió, a pesar de ser una mujer muy auto suficiente necesitaba de vez en cuando hablar o solo pasar el tiempo haciendo algo que no fueran sus deberes, Pazu coloco una pequeña hoja que había recogido como marca paginas en el grueso libro y mirando aun perdido en sus ideas a Violeta, le pregunto:
-¿Que es lo que necesitas Violeta?, el libro que estaba leyendo es realmente interesante, habla de demonios y otros seres, quizás pueda dar alguna pista de lo que soy...-Al decir esto Violeta le interrumpió diciendo:
-Pero no creo que tu puedas siquiera llamarte a ti mismo algo cercano a un demonio, eres solo un "osito", que te hagas el malo es una cosa que alguien que te ha visto pelear podría pensarlo, pero tu verdadera personalidad es de alguien muy considerado o amable, esa impresión tengo al menos.- Al terminar de decir esto Pazu se encontraba un poco avergonzado por lo que respondió:
-Pero es que tu has visto algo que pocas personas han visto, no con todo el mundo soy amable, deberías saberlo.- Al terminar de decir esto parecía un poco molesto, pero Violeta le respondió sin mas:
-Jaja, como se defiende el señor oso, solo eres un hombre un poco gruñón por el poco contacto con las personas, pero estoy segura de que eres muy amable, al menos yo puedo dar cuenta de ello.- Al terminar esto hubo un pequeño silencio, pero finalmente Violeta se acerco a Pazu y se sentó a su lado, entonces apoyo su cabeza contra su hombro y le dijo en un tono bajo:
-A veces extraño mi hogar Pazu, se que no tiene sentido hablar de esto, no cuando somos personas que huyen de algo que no entendemos, ¿pero hasta cuando sera así?, ¿acaso escaparemos toda nuestra vida? , cuando comienzo a pensar en todo esto me entra una enorme angustia, yo no podría decir que estoy mal aquí, pero el no saber que destino tendrán nuestras vidas es algo que me aterra algunas veces, cuando la luna no se encuentra para guiar nuestro camino...- Al termina de decir esto la joven Violeta parecía próxima a llorar, entonces Pazu respondió:
-Pequeña Violeta, entiendo tus preocupaciones pero me cuesta hacerme parte de ellas, yo solo soy un viajero errante, desde hace un tiempo había olvidado lo que era vivir con alguien, podría escapar toda mi vida y no sentiría gran problema puesto que me abandone hace mucho tiempo, pero gracias a ti he recuperado la humanidad que poseía, ahora al menos tengo un interés por seguir aquí y si tus preocupaciones son esas, intentare hacer todo lo que este a mi alcance para ayudarle, le doy mi palabra.- Al terminar de decir eso comenzó a hacer cariño en la cabeza de la joven señorita Violeta, esta apreciaba mucho el cariño que recibía por lo que se acerco mas a Pazu. el hombre bestia continuo haciendo cariño a la joven Violeta y por primera vez se dio cuenta que era una joven bastante linda, al pensar en ello se sonrojo un poco pero la poca luz que entraba al cuarto no dejaba que aquello se notara, Violeta de pronto se paro frente a Pazu y le miro a la cara, este le miro atento sin saber que decir que hacer, luego de unos segundos mirándole la joven Violeta se acerco y le abrazo, entonces en una voz muy baja solo le pudo decir:
-Gracias señor osito, por todo.- Al escuchar esto Pazu solo pudo corresponder el abrazo. Luego de eso siguieron hablando de otros temas hasta entrada la noche. Al momento de ir a dormir la joven Violeta le pregunto si por esta noche Pazu podía dormir con ella, aun sentía un poco de angustia por sus dudas, Pazu al sentir mucha vergüenza por la petición dijo que se podía quedar a su lado, pero que dudaba que se acostaría con ella, Violeta al escuchar ello esbozo una pequeña sonrisa, entonces una vez Violeta se encontraba en su cama Pazu se sentó a su lado y comenzó a acariciar su cabello, la joven se durmió increíblemente rápido, mientras Pazu llenaba su cabeza con ideas sobre el cariño y la soledad, ¿acaso escoger la soledad había sido una buena opción para el?, o pensaba si tener cariño por alguien solo hará que en algún momento le hagamos daño, habían muchas reflexiones en su cabeza pero en ese momento solo importaba que la joven Violeta durmiera plácidamente, mientras el se encontrara allí, se cercioraría de ello.
Cuando los primeros rayos de luz se asomaron por la ventana despertando a la joven Violeta, ella noto que Pazu se había quedado dormido leyendo su libro sentado a su lado, ella al comenzar a estirarse para desperezarse despertó a Pazu al sentir los movimientos, este despertó como si jamas hubiera dormido, parecía mantenerse siempre alerta de lo que ocurría a su alrededor. Aquel día Pazu decidió salir antes a trabajar mientras Violeta aun terminaba las preparaciones para dejar el hogar. Mientras el día pasaba Pazu pudo notar que aquel día parecía haber mas movimiento del habitual, mas viajeros caminaban por los viejos caminos que llevaban a "windtown", una vez atardeció y disponía a encontrarse con Violeta para continuar con su rutina pudo notar que el pueblo organizaba un humilde carnaval, en el centro de el pueblo se encontraba una figura animal hecha de paja para ser quemada como ofrenda a los dioses locales, a Pazu no le interesaba mucho aquel asunto por lo que continuo avanzando hacia su hogar pero en el camino se encontró con Violeta, al encontrarle este le dijo:
-Buenas tardes Violeta, ¿como se encuentra?.- Al decir esto Violeta contesto enérgica:
-Yo me encuentro muy bien, ¿pero es que acaso no lo has visto?, hoy el pueblo hará un carnaval en honor a la diosa de la prosperidad "Friga", ofrendaran un animal hecho de pajas para esta ocasiona, ¿acaso todo eso no te parece un espectáculo digno de ver?.-
-Pues, la verdad jamas me han llamado la atención los tumultos de personas, prefiero mantenerme alejado de todo lo que ocasione mucho ruido o inclusive, alejado de las personas.- Al decir esto Violeta parecía un poco decepcionada pero sin perder el animo le respondió:
-En mi caso, jamas he visto un carnaval de cerca, nunca salia mucho de la hacienda en la que mi padre me crió, allí tenia todo lo que necesitaba del mundo y aquello que no podía obtenerlo allí lo sacaba de los grandes libros que se encontraban en nuestra biblioteca, todas estos eventos me causan mucha curiosidad y me emocionan, vamos Pazu, ¿me puedes acompañar en este?.- Al decir esto se acerco a Pazu y le tomo de una mano, el aun portando su gruesa hacha en la otra solo miro el cielo, se rasco un poco la cabeza y respondió:
-Bueno...no veo problema por el cual no acompañarte, pero si hay mucho ruido me mantendré al margen.- Al escuchar esto Violeta sonrio enormemente y fueron caminando ambos hacia el hogar para salir luego al humilde festival.
Ya una vez la tarde era llevada por la fresca briza que indicaba que la noche llegaba, el pueblo se encontraba reunido en la plaza central, niños, adultos y ancianos de todas las edades se encontraban allí para apreciar el espectáculo del rito, el animal de paja seria quemado como ofrenda y luego de eso se organizaría una pequeña fiesta en el lugar, había mucho movimiento y solo se podían ver caras felices esperando por el momento de el inicio, mientras Violeta y Pazu se acomodaban en un lugar que parecia no tener muchas personas cerca, una anciana de muy baja estatura que parecia ya carcomida por el tiempo pero aun muy vital se les acerco, al ver a Pazu le esbozo una gran sonrisa y mirando a Violeta dijo:
-Se ha conseguido un hombre bastante guapo, ¿no, jovencita?.- Al decir esto Violeta comenzó a reír y Pazu solo agacho la vista, entonces Violeta respondió:
-El no es mi novio estimada anciana, solo un muy buen amigo, y usted, ¿porque no se encuentra acompañada de nadie?.- Al escuchar esto Pazu asintió brevemente y la anciana dijo en tono tranquilo:
-Yo solo soy una anciana que llego a vivir aquí por azares de la vida, mi difunto marido era un caballero de la capital, trabajaba para servir al rey, un día aburrido de que yo le rogara que perdería la vida en un trabajo tan peligroso decidió retirarse y vinimos a este pueblo, alejado del mundo, a comenzar una austera vida de campo, mi marido siempre se encargo de proteger el pueblo y ayudar en los que haceres, de cierta forma tu amigo me recuerda a el, tiene la mirada de un guerrero, la misma que tenia mi marido incluso llevando esta vida.- Al terminar de decir esto Pazu le miro fijamente, aquella era una anciana extraña pero ella solo volvió a mirar a Pazu y le ofreció una sonrisa que dejaba ver la gran edad de la señora, luego de ello se sentó junto a Violeta y comenzó a hablar de otros asuntos con ella. El evento comenzaba a avanzar y poco a poco mas gente se iba aglomerando cerca de la pequeña plaza, habían mesas que tenían todo tipo de comidas y licores, en el centro se encontraba sujetado por estacas que iban fijadas al suelo el animal de paja, a pesar de su humilde material parecía poseer algún esqueleto mucho mas pesado. al parecer de madera. La anciana seguía hablando con Violeta cuando comenzaron el ritual para prender fuego a aquel animal, mientras aquello ocurría, las llamas alumbraban con sombras y brillos la oscuridad, en ese momento el relicario que portaba Violeta salio a la luz y brillaba con un fulgor intenso debido a las llamas que poco a poco iban devorando a la humilde ofrenda. La anciana pudo notar el relicario y con cuidado lo observo, al cabo de una inspección rápida llevo a Violeta hacia un costado y le pregunto:
-Jovencita, ¿de donde exactamente usted obtuvo esa preciosa joya?, ¿no se si ha notado la inscripción que tiene?.- Al decir esto Violeta titubeo un segundo, pero aquella anciana no parecía ser peligrosa por lo que respondió:
-Es un recuerdo de mi padre, el lo portaba, ¿acaso sabe usted algo sobre este artefacto?.- Al decir esto los ojos de la anciana brillaron y observando la foto que poseía dentro el relicario le dijo:
-El símbolo que tiene impreso por fuera este relicario es el sello de la realeza, por aquí es fácil que no se le reconozca porque pocas personas viven o han tenido relación con la capital, pero mi marido cuando fue un caballero, una vez obtuvo de parte de el rey una espada con una empuñadura similar, no era mas que una daga pero significaba que tenia el favor del rey, al ver la foto que tiene impresa me trae recuerdos, ahora que lo veo, tienes un aire al rey de la capital...- Al decir esto Violeta quedo pasmada, ella solo era la hija de un comerciante, jamas se le había dicho algo sobre ser hija de un rey o el símbolo que portaba aquel relicario, por lo que respondió:
-Lo que dice parece ser una historia muy interesante señora abuela, pero eso es imposible, quizás esta confundiendo los símbolos, yo solo soy la hija de un comerciante que en paz descanse, mi sangre no tiene nada de real...- Una vez Violeta termino de decir esto, la anciana hurgo entre sus ropas y una hermosa y curva espada corta salio de sus ropajes, en el pomo tenia el mismo símbolo, entonces con ojos brillantes la anciana le respondió:
-Puede que el rey quisiera encubrir a su hija, últimamente habían muchos problemas en la capital, se decía que su hijo deseaba asumir el poder pero que le faltaba el legado de su padre, puede que lo que portes no sea un simple relicario hija mía, la vejez nos permite ver cosas que los jóvenes aun no saben ver, cada vez le puedo ver mas claro, el rey que permitió a mi esposo marcharse y dejo esta espada como recuerdo de su servicio, tu eres su hija, llamale intuición pero no tengo duda de ello.- Diciendo esto la anciana nuevamente esbozo una gran sonrisa y no dijo mas. Violeta no podía creer lo que escuchaba, debía aclarar sus ideas. Mientras Violeta se encontraba perdida en las nuevas revelaciones que le había dicho, Pazu se encontraba en un rincón del pueblo observando desde lejos a violeta y el espectáculo, si bien la gente que danzaba al rededor del animal de paja en llamas no le atraía en absoluto, ver aquel espectáculo como una unidad le parecía asombroso, al ver la fogata el corazón de Pazu se calmaba y solo disfrutaba del momento que le tocaba presenciar, los colores que iba adquiriendo el fuego mezclado con las sombras que producía era un espectáculo que cualquier corazón vería gustoso. Mientras la ceremonia se seguía llevando a cabo Pazu se acerco a Violeta, esta aun estaba perdida en sus ideas, al ver a Pazu la joven Violeta le miro con miedo, pero al reconocer a su amigo solo pudo sonreír, Pazu pudo notar la cara de preocupación que portaba aun Violeta por lo que sin pensarlo mucho estiro su mano izquierda hacia ella y le dijo con un poco de vergüenza:
-¿Querría bailar esta pieza conmigo?.- Al decir esto Pazu no le miraba a los ojos y el mismo no parecía creer del todo lo que estaba diciendo, pero Violeta al ver el fallido intento por sacarle de sus preocupaciones respondió:
-Sera todo un honor, mi noble caballero.- Y al terminar de decir aquello Violeta sonrió amablemente y Pazu miro para otro lado como quien sintiera vergüenza de lo que hacia, aun así ambos fueron a ser parte de aquel festival que se llevaba acabo. Así sin mayores pensamientos ambos se divirtieron hasta que solo quedaron ascuas de la ofrenda, la noche avanzo de forma tal que ya cansados, ambos decidieron que era hora de volver a su hogar, no sin antes despedirse de aquella extraña anciana.
Los días siguieron avanzando calmos hasta que una semana luego de aquel festival Pazu noto que temprano en la mañana había un gran revuelo fuera del pueblo, muchos guardias imperiales nuevamente parecían seguir buscando a Pazu y Violeta, Pazu desde la ventana puedo ver como unos aldeanos estaban dando indicaciones de el hogar donde ellos se encontraban, mientras esto ocurría por la puerta trasera alguien comenzó a golpear, Pazu despertó a Violeta y ambos adoptaron una posición defensiva, si se veían envueltos en una batalla allí, las opciones de escapar eran cada vez mas bajas, la puerta trasera seguía siendo golpeada, hasta que de pronto una voz en tono bajo susurro desde detrás de la puerta:
-Psssss, soy yo, la anciana, los guardias les andan buscando, desconozco el motivo, su cargo es traición a la patria, pero ustedes no parecen ese tipo de personas, déjenme ayudarles, como lo veo soy su única opción.- Al terminar de decir esto la anciana pareció aguardar tranquilamente la decisión que ambos tomarían, al cabo de un momento Violeta abrió la puerta y la anciana que se encontraba allí sonrió, tenia una carretilla y una mula esperando, hizo tanto a Violeta como a Pazu taparse con unas pieles y les ordene esconderse en aquella carretilla, mientras ella los transportaba quien sabe donde, ellos podían escuchar como los soldados imperiales consultaban a todo aldeano si habían visto a un hombre de mediana edad y una joven, al parecer luego mostraban unos dibujos de ellos y volvían a preguntar por información, la anciana se alejo lo mas que pudo de ello y al cabo de unos minutos se vieron dentro de un hogar, en ese momento la anciana les dijo que podían dejar de esconderse, una vez fuera de la carretilla tanto Pazu como Violeta vieron una cabaña que era muy poco probable que existiera en aquellos alrededores, mas bien parecía un museo lleno de antigüedades y reliquias, la anciana busco un sofá y una vez sentada allí les indico la bienvenida a su hogar, les comenzo a explicar que a pesar de ser solo una anciana en un pueblo olvidado, ella fue una vez una alta señorita, cercana a quien fue una vez la madre de Violeta, claramente ella solo podía reconocerla por el tremendo parecido que encontraba entre ellas, en sus días de juventud la madre de violeta solo era una niña y el rey un joven inexperto pero de gran corazón, el caballero que fue el marido de la anciana había servido al joven rey y luego de eso desertado por petición de su prometida, aun así ella conservaba muchas cosas de su antigua vida, solo porque a pesar de desear una vida tranquila y austera no deseaba olvidar quien era ella misma, los motivos por los que ayudaba a ambos se los reservaba, no tenia intención de dejar que fueran capturados tan fácilmente, ante todo esto Pazu seguía sin terminar de confiar por lo que pregunto:
-Anciana, agradezco tu benevolencia, ¿pero como es que puedo confiar en las palabras que dices?, puede que solo nos digas esto para ahora mismo preparar una emboscada con los soldados que han enviado tras de nosotros...- Al terminar de decir esto Pazu volvió a una postura defensiva pero Violeta intercediendo por ambos dijo:
-Anciana, discúlpelo, el solo desea protegerme y no se fía de nadie en realidad, pero yo si creo en usted, algo en su mirada me dice que no es mala, como usted me dijo el día del festival, solo es intuición pero deseo confiar en usted.- La anciana al escuchar esto sonrió complacida, entonces buscando entre sus ropas tomo la espada que había pertenecido una vez a su difunto esposo y dándosela a Violeta le dijo:
-Tómala, espero te cuide como cuido de mi, yo ya no puedo siquiera empuñarla, por lo demás , hace juego con tu relicario.- Al decir esto la anciana le dio la espalda y comenzó a buscar algo mas entre sus antigüedades, al cabo de un rato debajo de una gran manta encontró una armadura, era de un plateado hermoso, en ella se podían ver los ribetes de una armadura finamente confeccionada, al mirar a Pazu le dijo:
-Vamos joven, creo que cabras dentro de esta armadura.- Pazu al verle se acerco, aquella armadura le hacia recordar tiempos de juventud, se vio a el mismo entrenando, queriendo ser parte de los caballeros, nada mas podía recordar al respecto, Pazu dio un respiro y rechazo la oferta de la armadura, después de todo el era un hombre bestia y aquello solo le estorbaría en el momento de tener que transformarse, la anciana sonriendo entendía que Pazu rechazaba la armadura por algún motivo, por lo que entonces estiro una de sus manos y le entrego un collar con un extraño símbolo, entonces la anciana dijo:
-Puedo ver en tus ojos que no necesitas de armas o armaduras para defenderte, eres una criatura particular, este pendiente me lo dio un viajero errante, dijo que aquel que lo portara seria capaz de mostrar su verdadero poder, realmente desconozco si funcione o no, pero no esta de mas tener un amuleto.- Al terminar de decir esto Pazu tomo el collar y la anciana finalmente fue por una foto antigua, en ella se encontraban dos parejas, la anciana de adulta con su difunto esposo y un joven rey con una jovencita muy parecida a Violeta, entonces mirando a Violeta le dijo:
-Llévate esto tu, a mi no me queda mucho, es mejor que tu lo portes.- Al terminar de decir esto, como si algo le apresurase ordeno a ambos salir por la misma entrada trasera y alejarse lo mas que pudiera, que no se preocuparan, ella crearía una distracción. Antes de partir Violeta Le pregunto a la anciana cual era su nombre, deseaba saber al menos eso de ella, entonces la anciana respondió tranquilamente:
-Dalia, ese es mi nombre querida hija, ahora vete sin mirar atrás.- Una vez sabido esto Pazu tomo por el brazo a Violeta y se marcharon tapándose con capas por la puerta trasera, Mientras huían Pazu le pregunto que relación había tenido ella con aquella anciana, a lo que Violeta le comento aquello que le había dicho el día del festival, mientras ellos intentaba escapar por cualquier salida de la ciudad pudieron ver como todos los soldados se dirigían a la casa de la anciana, nadie sabia bien que tramaba. entonces una vez todos los soldados se encontraron frente a la casa de la anciana esta comenzó a activar un extraño dispositivo, entonces dijo tranquilamente:
-Espero esto sea distracción suficiente para poder darles tiempo de escapar, hermana mía, quien iba a decir que tendrías una hija tan hermosa con ese joven rey, siempre pensé que ser parte de la realeza te convertiría en otra mujer pero veo que el rey se encargo bien de la educación de tu joven hija, como tu hermana mayor estoy orgullosa de ver a mi sobrina como toda una dama, esperemos Violeta que puedas llegar al final de tu historia, por lo demás, mi marido lleva mucho tiempo esperándome...adiós.- Al terminar de decir esto la casa de un momento a otro exploto, Pazu y Violeta no podían creer lo que veían a lo lejos, al parecer era la única forma de poder darles una oportunidad de escape a ambos.
Ya al anochecer montando un campamento improvisado Violeta le dijo a Pazu:
-Creo que es hora de afrontar mi destino, si lo que dijo la anciana es verdad todo lo que esta ocurriendo es por mi culpa, yo soy la razón de todo esto, de tanta muerte innecesaria, creo que no puedo seguir escapando mas...- Al terminar de decir esto Pazu le vio y solo comento:
-Si a la capital debemos ir, yo te acompañare, hay mucho que quiero saber y debo cuidarte, no te dejare sola en esto.- Violeta al escuchar esto sonrió, la noche era fresca y el invierno se había ido ya, la suave brisa de primavera hacia que todo renaciera nuevamente, entre ello, sus destinos.
(Poco a poco se acerca el final de esta aventura...no me gustan los finales la verdad...saludos)
-Buenas tardes Violeta, ¿como se encuentra?.- Al decir esto Violeta contesto enérgica:
-Yo me encuentro muy bien, ¿pero es que acaso no lo has visto?, hoy el pueblo hará un carnaval en honor a la diosa de la prosperidad "Friga", ofrendaran un animal hecho de pajas para esta ocasiona, ¿acaso todo eso no te parece un espectáculo digno de ver?.-
-Pues, la verdad jamas me han llamado la atención los tumultos de personas, prefiero mantenerme alejado de todo lo que ocasione mucho ruido o inclusive, alejado de las personas.- Al decir esto Violeta parecía un poco decepcionada pero sin perder el animo le respondió:
-En mi caso, jamas he visto un carnaval de cerca, nunca salia mucho de la hacienda en la que mi padre me crió, allí tenia todo lo que necesitaba del mundo y aquello que no podía obtenerlo allí lo sacaba de los grandes libros que se encontraban en nuestra biblioteca, todas estos eventos me causan mucha curiosidad y me emocionan, vamos Pazu, ¿me puedes acompañar en este?.- Al decir esto se acerco a Pazu y le tomo de una mano, el aun portando su gruesa hacha en la otra solo miro el cielo, se rasco un poco la cabeza y respondió:
-Bueno...no veo problema por el cual no acompañarte, pero si hay mucho ruido me mantendré al margen.- Al escuchar esto Violeta sonrio enormemente y fueron caminando ambos hacia el hogar para salir luego al humilde festival.
Ya una vez la tarde era llevada por la fresca briza que indicaba que la noche llegaba, el pueblo se encontraba reunido en la plaza central, niños, adultos y ancianos de todas las edades se encontraban allí para apreciar el espectáculo del rito, el animal de paja seria quemado como ofrenda y luego de eso se organizaría una pequeña fiesta en el lugar, había mucho movimiento y solo se podían ver caras felices esperando por el momento de el inicio, mientras Violeta y Pazu se acomodaban en un lugar que parecia no tener muchas personas cerca, una anciana de muy baja estatura que parecia ya carcomida por el tiempo pero aun muy vital se les acerco, al ver a Pazu le esbozo una gran sonrisa y mirando a Violeta dijo:
-Se ha conseguido un hombre bastante guapo, ¿no, jovencita?.- Al decir esto Violeta comenzó a reír y Pazu solo agacho la vista, entonces Violeta respondió:
-El no es mi novio estimada anciana, solo un muy buen amigo, y usted, ¿porque no se encuentra acompañada de nadie?.- Al escuchar esto Pazu asintió brevemente y la anciana dijo en tono tranquilo:
-Yo solo soy una anciana que llego a vivir aquí por azares de la vida, mi difunto marido era un caballero de la capital, trabajaba para servir al rey, un día aburrido de que yo le rogara que perdería la vida en un trabajo tan peligroso decidió retirarse y vinimos a este pueblo, alejado del mundo, a comenzar una austera vida de campo, mi marido siempre se encargo de proteger el pueblo y ayudar en los que haceres, de cierta forma tu amigo me recuerda a el, tiene la mirada de un guerrero, la misma que tenia mi marido incluso llevando esta vida.- Al terminar de decir esto Pazu le miro fijamente, aquella era una anciana extraña pero ella solo volvió a mirar a Pazu y le ofreció una sonrisa que dejaba ver la gran edad de la señora, luego de ello se sentó junto a Violeta y comenzó a hablar de otros asuntos con ella. El evento comenzaba a avanzar y poco a poco mas gente se iba aglomerando cerca de la pequeña plaza, habían mesas que tenían todo tipo de comidas y licores, en el centro se encontraba sujetado por estacas que iban fijadas al suelo el animal de paja, a pesar de su humilde material parecía poseer algún esqueleto mucho mas pesado. al parecer de madera. La anciana seguía hablando con Violeta cuando comenzaron el ritual para prender fuego a aquel animal, mientras aquello ocurría, las llamas alumbraban con sombras y brillos la oscuridad, en ese momento el relicario que portaba Violeta salio a la luz y brillaba con un fulgor intenso debido a las llamas que poco a poco iban devorando a la humilde ofrenda. La anciana pudo notar el relicario y con cuidado lo observo, al cabo de una inspección rápida llevo a Violeta hacia un costado y le pregunto:
-Jovencita, ¿de donde exactamente usted obtuvo esa preciosa joya?, ¿no se si ha notado la inscripción que tiene?.- Al decir esto Violeta titubeo un segundo, pero aquella anciana no parecía ser peligrosa por lo que respondió:
-Es un recuerdo de mi padre, el lo portaba, ¿acaso sabe usted algo sobre este artefacto?.- Al decir esto los ojos de la anciana brillaron y observando la foto que poseía dentro el relicario le dijo:
-El símbolo que tiene impreso por fuera este relicario es el sello de la realeza, por aquí es fácil que no se le reconozca porque pocas personas viven o han tenido relación con la capital, pero mi marido cuando fue un caballero, una vez obtuvo de parte de el rey una espada con una empuñadura similar, no era mas que una daga pero significaba que tenia el favor del rey, al ver la foto que tiene impresa me trae recuerdos, ahora que lo veo, tienes un aire al rey de la capital...- Al decir esto Violeta quedo pasmada, ella solo era la hija de un comerciante, jamas se le había dicho algo sobre ser hija de un rey o el símbolo que portaba aquel relicario, por lo que respondió:
-Lo que dice parece ser una historia muy interesante señora abuela, pero eso es imposible, quizás esta confundiendo los símbolos, yo solo soy la hija de un comerciante que en paz descanse, mi sangre no tiene nada de real...- Una vez Violeta termino de decir esto, la anciana hurgo entre sus ropas y una hermosa y curva espada corta salio de sus ropajes, en el pomo tenia el mismo símbolo, entonces con ojos brillantes la anciana le respondió:
-Puede que el rey quisiera encubrir a su hija, últimamente habían muchos problemas en la capital, se decía que su hijo deseaba asumir el poder pero que le faltaba el legado de su padre, puede que lo que portes no sea un simple relicario hija mía, la vejez nos permite ver cosas que los jóvenes aun no saben ver, cada vez le puedo ver mas claro, el rey que permitió a mi esposo marcharse y dejo esta espada como recuerdo de su servicio, tu eres su hija, llamale intuición pero no tengo duda de ello.- Diciendo esto la anciana nuevamente esbozo una gran sonrisa y no dijo mas. Violeta no podía creer lo que escuchaba, debía aclarar sus ideas. Mientras Violeta se encontraba perdida en las nuevas revelaciones que le había dicho, Pazu se encontraba en un rincón del pueblo observando desde lejos a violeta y el espectáculo, si bien la gente que danzaba al rededor del animal de paja en llamas no le atraía en absoluto, ver aquel espectáculo como una unidad le parecía asombroso, al ver la fogata el corazón de Pazu se calmaba y solo disfrutaba del momento que le tocaba presenciar, los colores que iba adquiriendo el fuego mezclado con las sombras que producía era un espectáculo que cualquier corazón vería gustoso. Mientras la ceremonia se seguía llevando a cabo Pazu se acerco a Violeta, esta aun estaba perdida en sus ideas, al ver a Pazu la joven Violeta le miro con miedo, pero al reconocer a su amigo solo pudo sonreír, Pazu pudo notar la cara de preocupación que portaba aun Violeta por lo que sin pensarlo mucho estiro su mano izquierda hacia ella y le dijo con un poco de vergüenza:
-¿Querría bailar esta pieza conmigo?.- Al decir esto Pazu no le miraba a los ojos y el mismo no parecía creer del todo lo que estaba diciendo, pero Violeta al ver el fallido intento por sacarle de sus preocupaciones respondió:
-Sera todo un honor, mi noble caballero.- Y al terminar de decir aquello Violeta sonrió amablemente y Pazu miro para otro lado como quien sintiera vergüenza de lo que hacia, aun así ambos fueron a ser parte de aquel festival que se llevaba acabo. Así sin mayores pensamientos ambos se divirtieron hasta que solo quedaron ascuas de la ofrenda, la noche avanzo de forma tal que ya cansados, ambos decidieron que era hora de volver a su hogar, no sin antes despedirse de aquella extraña anciana.
Los días siguieron avanzando calmos hasta que una semana luego de aquel festival Pazu noto que temprano en la mañana había un gran revuelo fuera del pueblo, muchos guardias imperiales nuevamente parecían seguir buscando a Pazu y Violeta, Pazu desde la ventana puedo ver como unos aldeanos estaban dando indicaciones de el hogar donde ellos se encontraban, mientras esto ocurría por la puerta trasera alguien comenzó a golpear, Pazu despertó a Violeta y ambos adoptaron una posición defensiva, si se veían envueltos en una batalla allí, las opciones de escapar eran cada vez mas bajas, la puerta trasera seguía siendo golpeada, hasta que de pronto una voz en tono bajo susurro desde detrás de la puerta:
-Psssss, soy yo, la anciana, los guardias les andan buscando, desconozco el motivo, su cargo es traición a la patria, pero ustedes no parecen ese tipo de personas, déjenme ayudarles, como lo veo soy su única opción.- Al terminar de decir esto la anciana pareció aguardar tranquilamente la decisión que ambos tomarían, al cabo de un momento Violeta abrió la puerta y la anciana que se encontraba allí sonrió, tenia una carretilla y una mula esperando, hizo tanto a Violeta como a Pazu taparse con unas pieles y les ordene esconderse en aquella carretilla, mientras ella los transportaba quien sabe donde, ellos podían escuchar como los soldados imperiales consultaban a todo aldeano si habían visto a un hombre de mediana edad y una joven, al parecer luego mostraban unos dibujos de ellos y volvían a preguntar por información, la anciana se alejo lo mas que pudo de ello y al cabo de unos minutos se vieron dentro de un hogar, en ese momento la anciana les dijo que podían dejar de esconderse, una vez fuera de la carretilla tanto Pazu como Violeta vieron una cabaña que era muy poco probable que existiera en aquellos alrededores, mas bien parecía un museo lleno de antigüedades y reliquias, la anciana busco un sofá y una vez sentada allí les indico la bienvenida a su hogar, les comenzo a explicar que a pesar de ser solo una anciana en un pueblo olvidado, ella fue una vez una alta señorita, cercana a quien fue una vez la madre de Violeta, claramente ella solo podía reconocerla por el tremendo parecido que encontraba entre ellas, en sus días de juventud la madre de violeta solo era una niña y el rey un joven inexperto pero de gran corazón, el caballero que fue el marido de la anciana había servido al joven rey y luego de eso desertado por petición de su prometida, aun así ella conservaba muchas cosas de su antigua vida, solo porque a pesar de desear una vida tranquila y austera no deseaba olvidar quien era ella misma, los motivos por los que ayudaba a ambos se los reservaba, no tenia intención de dejar que fueran capturados tan fácilmente, ante todo esto Pazu seguía sin terminar de confiar por lo que pregunto:
-Anciana, agradezco tu benevolencia, ¿pero como es que puedo confiar en las palabras que dices?, puede que solo nos digas esto para ahora mismo preparar una emboscada con los soldados que han enviado tras de nosotros...- Al terminar de decir esto Pazu volvió a una postura defensiva pero Violeta intercediendo por ambos dijo:
-Anciana, discúlpelo, el solo desea protegerme y no se fía de nadie en realidad, pero yo si creo en usted, algo en su mirada me dice que no es mala, como usted me dijo el día del festival, solo es intuición pero deseo confiar en usted.- La anciana al escuchar esto sonrió complacida, entonces buscando entre sus ropas tomo la espada que había pertenecido una vez a su difunto esposo y dándosela a Violeta le dijo:
-Tómala, espero te cuide como cuido de mi, yo ya no puedo siquiera empuñarla, por lo demás , hace juego con tu relicario.- Al decir esto la anciana le dio la espalda y comenzó a buscar algo mas entre sus antigüedades, al cabo de un rato debajo de una gran manta encontró una armadura, era de un plateado hermoso, en ella se podían ver los ribetes de una armadura finamente confeccionada, al mirar a Pazu le dijo:
-Vamos joven, creo que cabras dentro de esta armadura.- Pazu al verle se acerco, aquella armadura le hacia recordar tiempos de juventud, se vio a el mismo entrenando, queriendo ser parte de los caballeros, nada mas podía recordar al respecto, Pazu dio un respiro y rechazo la oferta de la armadura, después de todo el era un hombre bestia y aquello solo le estorbaría en el momento de tener que transformarse, la anciana sonriendo entendía que Pazu rechazaba la armadura por algún motivo, por lo que entonces estiro una de sus manos y le entrego un collar con un extraño símbolo, entonces la anciana dijo:
-Puedo ver en tus ojos que no necesitas de armas o armaduras para defenderte, eres una criatura particular, este pendiente me lo dio un viajero errante, dijo que aquel que lo portara seria capaz de mostrar su verdadero poder, realmente desconozco si funcione o no, pero no esta de mas tener un amuleto.- Al terminar de decir esto Pazu tomo el collar y la anciana finalmente fue por una foto antigua, en ella se encontraban dos parejas, la anciana de adulta con su difunto esposo y un joven rey con una jovencita muy parecida a Violeta, entonces mirando a Violeta le dijo:
-Llévate esto tu, a mi no me queda mucho, es mejor que tu lo portes.- Al terminar de decir esto, como si algo le apresurase ordeno a ambos salir por la misma entrada trasera y alejarse lo mas que pudiera, que no se preocuparan, ella crearía una distracción. Antes de partir Violeta Le pregunto a la anciana cual era su nombre, deseaba saber al menos eso de ella, entonces la anciana respondió tranquilamente:
-Dalia, ese es mi nombre querida hija, ahora vete sin mirar atrás.- Una vez sabido esto Pazu tomo por el brazo a Violeta y se marcharon tapándose con capas por la puerta trasera, Mientras huían Pazu le pregunto que relación había tenido ella con aquella anciana, a lo que Violeta le comento aquello que le había dicho el día del festival, mientras ellos intentaba escapar por cualquier salida de la ciudad pudieron ver como todos los soldados se dirigían a la casa de la anciana, nadie sabia bien que tramaba. entonces una vez todos los soldados se encontraron frente a la casa de la anciana esta comenzó a activar un extraño dispositivo, entonces dijo tranquilamente:
-Espero esto sea distracción suficiente para poder darles tiempo de escapar, hermana mía, quien iba a decir que tendrías una hija tan hermosa con ese joven rey, siempre pensé que ser parte de la realeza te convertiría en otra mujer pero veo que el rey se encargo bien de la educación de tu joven hija, como tu hermana mayor estoy orgullosa de ver a mi sobrina como toda una dama, esperemos Violeta que puedas llegar al final de tu historia, por lo demás, mi marido lleva mucho tiempo esperándome...adiós.- Al terminar de decir esto la casa de un momento a otro exploto, Pazu y Violeta no podían creer lo que veían a lo lejos, al parecer era la única forma de poder darles una oportunidad de escape a ambos.
Ya al anochecer montando un campamento improvisado Violeta le dijo a Pazu:
-Creo que es hora de afrontar mi destino, si lo que dijo la anciana es verdad todo lo que esta ocurriendo es por mi culpa, yo soy la razón de todo esto, de tanta muerte innecesaria, creo que no puedo seguir escapando mas...- Al terminar de decir esto Pazu le vio y solo comento:
-Si a la capital debemos ir, yo te acompañare, hay mucho que quiero saber y debo cuidarte, no te dejare sola en esto.- Violeta al escuchar esto sonrió, la noche era fresca y el invierno se había ido ya, la suave brisa de primavera hacia que todo renaciera nuevamente, entre ello, sus destinos.
(Poco a poco se acerca el final de esta aventura...no me gustan los finales la verdad...saludos)
No hay comentarios:
Publicar un comentario