-Así es, mi trabajo no se encuentra en casa como el tuyo, no me esperes, volveré en una semana...cuídate estúpido debilucho-
Así es como un joven de aspecto delgado y pelo negro se quedo mirando la puerta de su hogar, mientras su hermano, la antítesis de el, siendo alto y fornido con cabello castaño se retiraba nuevamente.
Ellos eran hermanos entregados al destino, el menor había nacido como un soñador nato, un hombre que se concentraba en el terreno onírico, decidió en su vida especializarse en la pintura y la poesía, era muy tranquilo y sociable, siempre mantenía las labores domesticas y con el tiempo que le quedaba se dedicaba a todo tipo de artes, por el contrario su hermano mayor era un guerrero, un mercenario que con su espada sembraba muerte a su paso, estaba solo cortas temporadas en el hogar pero siempre volvía con enormes cantidades de dinero, su personalidad no era mejor que su profesión, de carácter tosco y bruto, era muy poco sensible y pocas veces entendía los sentimientos ajenos. Sus padres habían muerto cuando eran unos niños y desde ese momento el hermano mayor había asumido el cargo en la casa, en un principio el como hermano se había opuesto fuertemente a que su única familia fuera a combatir, siendo que podía morir en cualquier momento, pero con el tiempo se fue dando cuenta que su hermano disfrutaba del campo de batalla y las temporadas que pasaba en su hogar, estaba intranquilo, como si necesitara en que gastar sus energías.
Ya habían pasado unos días desde que el hermano mayor había partido a su "trabajo", en estas largas temporadas el hermano menor pasaba la mayor parte del tiempo en solitario, leyendo libros, creando cuadro o perfeccionando lo mas que podía sus artes, en esos tiempos de ocio siempre se sentía culpable por saber que su hermano mayor era realmente quien pagaba las cuentas y su propia comida, pero que aun así jamas se había quejado ni hablado acerca del tema, por lo que el hermano menor se esmeraba en mejorar todo lo que pudiera, para poder llegar siquiera a compensar todo lo que hacia su hermano por el.
-En el campo de batalla nunca puedes confiar en nadie, solo estas tu y tu habilidad, no existe algo como el honor o la compasión, si debes asesinar a alguien simplemente asesinalo y olvida todo lo que alguna vez creíste bueno o justo, cada muerte es una moneda de oro mas, cada muerte le permito a mi hermano tener una mejor vida, una vida mas digna, esa que jamas pudimos tener cuando pequeños, entre los hombres soy temido por mi fuerza, entre mis camaradas admirado como un prodigio, pero yo me pregunto si blandir una espada y descuartizar un cuerpo requiere algún tipo de habilitad especial, solo los asesino y ya, solo los golpeo hasta que su cuerpo no pueda hacer nada para responder y voy por mi siguiente presa, no soy nada distinto de un animal y admito que amo el sabor y el olor de la sangre, el campo de batalla pareciera ser el único lugar donde puedo ser yo mismo...donde puedo estar en calma, pero bueno, no vale la pena pensar mucho, me pagan por asesinar, no por pensar...y ya estamos llegando-
-Esta casa es tan grande y se siente tan solitaria, podría comenzar a decorar un poco mejor nuestro hogar, quizás así pueda pagar de cierta forma lo que mi hermano ya hace por mi, a veces pienso que aunque siga sus instrucciones y me haga cada día mas culto, mas hábil en el arte, mas artificioso, jamas podre llegar siquiera compararme con el, solo se me da bien poder pensar e imaginar, puedo ver con facilidad escenas y cuadros hermosos, parajes de ensueño, puedo hacer investigaciones sobre temas que aun no se han tratado, pero aun así me gustaría poder ser de mas utilidad a mi hermano, ese hermano que jamas se muestra débil y que pareciera no tener sentimientos...(suspiro)-
-Aquí estamos una vez mas, yo con mi espada, ya he asesinado a unos veinte hombres, nada difícil, son solo unos novatos y hoy me siento especialmente molesto, ya que la tarta que mi hermano había preparado para mi no soporto el viaje y se agrio, hoy tengo deseos de asesinar y no tengo ninguna mala intención con ustedes, solo les toco un mal día, mi gran y pesada espada es todo lo que quedo de nuestro padre, siempre me dijeron que el era el mejor caballero de todos, pero poco me importa el honor y el estatus, tengo que seguir asesinando, así algún día podre vivir tranquilo contigo hermano, ¿no?-
-Aquí estamos una vez mas, yo con mi pincel , ya he terminado unos tres cuadros, el trabajo del arte toma bastante tiempo, pero la melancolía que siento me ayuda a pintar, he comenzado a preocuparme por mi hermano, siempre pienso que algún día llegaran diciéndome que esta muerto, como el día cuando nos dijeron que nuestros padres habían muerto, papa fue un gran guerrero y dicen que mama era una artista de la nobleza, al parecer era una pareja extraña en el pueblo, pero bueno, eso no importa hoy en día, te seguiré esperado hermano, cuando llegues preparare la mejor de mis comidas, así sabrás que esperaba por ti, espero poder algún día vivir tranquilo contigo hermano, ¿no?-
Luego de dos semanas el hermano mayor volvió al pueblo, siempre serio cargando su gran espada y un saco de monedas de oro, al entrar a la casa su hermano se había quedado dormido pintando una escena familiar, el la reconoció de inmediato, eran ellos cuando pequeños acompañados de sus padres. Cuando el hermano menor despertó vio a su hermano vigilandolo desde un asiento, al verle despertar indico con el dedo el gran saco de monedas de oro que había traído con el, entonces dijo:
-Hoy quiero un gran filete, maldito dormilón-
El hermano menor solo respondió:
-Yo también me alegro de verte, haremos ese filete señor insensible-
Ambos sonrieron y fueron juntos al mercado, quien sabe cuanto mas podrían compartir hasta que el destino los volviera a separar.
Fin.
(Espero haya sido divertida...creo que puedo sacarle mas provecho a estos personajes...)
No hay comentarios:
Publicar un comentario