-Papa, Papa!...tengo miedo, en la ventana hay un demonio que me comerá cuando te vayas, yo lo se-
Exclamaba la niña desde su cuarto ubicado en el segundo piso de un modesto hogar en un area mas rural que urbana, su padre un hombre de familia que pasaba todo el tiempo que le permitía su trabajo con su hija y siempre le acompañaba en las noches para que ella se sintiera mas cómoda.
A pesar de que la hija se sintiera asustada por algo como un "demonio en la ventana" ella se había vuelto muy fuerte, a pesar de solo tener ocho años, ella sabia cocinar y hacerse cargo de la mayoría de las labores domesticas, incluso había superado con extraña fortaleza la perdida de su madre, la cual había fallecido cuando ella era aun mas joven, su padre por el contrario intentaba siempre estar con ella, pero para poder mantener un hogar y pagar las cuentas, debía trabajar buena parte del tiempo también.
-Mi niñata, allí no hay nada, solo es una rama de árbol golpeando la ventana, no son demonios los que te molestan, son espíritus de la naturaleza, el viento quiere correr a tu lado y el árbol solo quiere saludarte con sus lindas hojas-
La niña no terminaba de creer en las cosas que le decía su padre, se escondía en las sabanas y les replicaba en voz baja:
-Tu me mientes Papa, tu te quieres ir de mi lado para que la oscuridad me coma...-
Y ponía la mas triste de las caras, al ver esto el padre se conmovía y se quedaba cuidando a su niñita un poco de tiempo mas, pero por mas argumentos que presentara a su hijita ella siempre buscaba una nueva excusa para que se quedara a su lado, solo un poco mas, el lo sabia, ella no temía de los demonios, ella no temía de la oscuridad, ella solo lo quería un poco mas de tiempo a su lado, quizás porque ella sabia lo que era la soledad, quizás porque amaba mucho a su papa. Ya se iba haciendo tarde por lo que el padre le dijo:
-Mira hijita, haremos algo, yo te contare una historia y si no te duermes mientras te la cuento me quedare a dormir contigo hoy, ¿trato?-
La hija no podía estar mas feliz por lo que con una gran sonrisa dijo que si y se acurruco al lado de su padre que se había sentado en su cama para comenzar a contar su historia.
La historia que eligió el padre era una mezcla de mitología griega, con toques de animales nórdicos, unos cuantos parajes acadios y babilónicos, uno que otro dios egipcio y siempre un héroe que con su gran espada seria capaz de cumplir sus sueños y ayudar a todos. Cuando termino la historia ya era entrada la noche y la niña había perdido el trato, estaba durmiendo muy plácidamente abrazada a la pierna del padre, cuando el padre intento zafarse para ir a su cuarto noto lo fuerte que su hija lo tenia apretado y cada vez que le intentaba apartar para retirarse la niña colocaba un rostro como si fuera a llorar, luego de muchos intentos el padre ya frustrado termino acostándose en la cama con su hija, entonces cuando ya estuvo cómodo abrazando a su niñita ella abrió los ojos y le sonrió diciendo:
-Yo no me dormiría jamas si escucho una de tus historias papa, pero gane de todas formas jijiji-
El padre simplemente suspiro y se rio, el conocía esa actitud, "igual que su madre" se dijo en silencio, entonces abrazando a su hija le dio un beso en la frente y dijo suavemente:
-Buenas noches niñita mañosa-
Y ambos se durmieron de forma tranquila.
Fin
(Pensaba hacer esto mas trágico o profundo...pero eso lo podre hacer otro día...)
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