Había sido una velada tranquila para aquel joven que no esperaba mucho de la vida, un autómata que no sabia decir que no , con engranajes fallidos que hacían que le dijeran loco(obviamente en sentido figurado), la señorita que le acompañaba era a su diferencia una figura mas calma y sabia , con una que otra manía la cual le hacia ver bastante tierna muchas veces.
La habitación oscura era alumbrada suavemente por las "luces de la calle", esos faroles que son inmutables testigos mudos de las noches eterna, una cama improvisada de un sillón y solo dos personas solitarias eran testigos de aquel interesante escenario.
-¿Puedes quedarte un poco mas...?- pregunto el joven tímidamente.
-Claro, sera un gusto cuidarte- dijo la señorita suavemente.
En una habitación oscura alumbrada solamente por las "luces de la calle" el joven se sintió acompañado. Un abrazo puede reconfortar hasta el corazón mas frio.
-¿No me dejarías solo...cierto?- dice el joven en tono triste como perseguido por algo.
-Claro que no tontuelo- afirma la señorita y le sonríe.
Pero debes tener cuidado, los sueños sueños son...
(Soy un ser humana retorcido...que aun tiene esperanza)
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