Parte 1
Parte 2
En un bosque sin nombre alejado del mundo conocido por el hombre, un manto congelado, delicado y hermoso cubre de forma singular los espesos arboles que cubren el inmemorial territorio, el invierno a llegado a estas tierras olvidadas por el hombre común, en este páramo congelado se dice que transita un hombre bestia condenado por una antigua maldición. En la espesura del bosque una cabaña vuelve a dejar salir una pequeña bocanada de humo, hay rastros de una choza con calefacción en este maravilloso bosque congelado, entre la nieve se puede ver los seguros pasos de una enorme bestia, huellas de oso es lo que son, pero algo extraño hay detrás de estas huellas, pisadas de un considerable menor tamaño le siguen, pareciera ser que un humano acompaña a tan temible bestia. Pazu camina en su forma osuna mientras lleva madera seca sobre si, le sigue la joven Violeta abrigada por pieles de animales, un traje rustico pero abrigador, mientras lleva un saco con algunos alimentos que pueden ser comestibles, aquel saco no parece estar pletórico pero contiene la cantidad necesaria para sobrevivir. Ya han pasado dos meses desde que la joven Violeta decidiera estar una temporada con el hombre bestia Pazu, alejada de la vida normal, donde existen ciudadelas llenas de personas y los hogares son cálidos, pero la vida de Violeta no volvería a ser la misma aunque volviera, su padre, su única familia directa, murió a manos de bandidos y ella por suerte del destino logro salir viva de aquel encuentro con la muerte, Pazu a su vez tiene una vida diferente a la habitual, su vida no tenia mayor preocupación que la de olvidar, sobrevivir jamas supuso un problema, pero el olvidar si, condenado a su forma bestial y castigado con la eterna soledad los días que pasa con su pequeña allegada han dado calma al frió corazón de Pazu, El invierno llego lentamente desplazando las hojas doradas por un blanco inmaculado, el rió semi congelado ofrece un espectáculo de colores hermosos y la naturaleza descansa esperando despertar en la siguiente estación, así con estos fríos y tranquilos días Violeta y Pazu recorren los blancos senderos sin nombre. Al volver a la cabaña se pueden ver algunos cambios en esta, parece un lugar mas ordenado con el toque que solo podría dar una personalidad femenina, ahora existen dos camas con un grado de confección mayor al estilo rustico anterior, a su vez la cocina parece tener mas instrumentos y existe una variedad de repisas con utensilios para el hogar, algunos libros por el lugar, rescatados de la carroza donde se transportaba Violeta con su padre y siempre con flores, aun en invierno, la tumba de el padre de Violeta junto con el cochero. Una vez entra Pazu y Violeta a la cabaña esta enciende la chimenea del hogar y comienza a preparar lo que sera su almuerzo para el día de hoy, Pazu vuelve a su apariencia humana , solo cubre su parte superior con una chaqueta de cuero que queda abierta, sigue solo teniendo pantalones y sigue descalzo, su forma humana mantiene beneficios de su forma bestial, lo cual en esta temporada parece bastante cómodo a pesar de ser una maldición. Comen juntos y charlan de asuntos sin mucha importancia, mientras charlan Pazu puede notar que Violeta se encuentra un poco decaída, su personalidad no resalta por ser efusiva pero siempre parecía de animo para charlar y mantener el buen animo, entonces Pazu pregunta en tono preocupado:
-Violeta, estas un poco distinta hoy, puede que solo sea una impresión equivocada pero ¿te encuentras bien?- Al terminar de decir eso Pazu agudiza sus sentidos para intentar ver si puede averiguar algo por ese medio mientras Violeta le responde:
-...(suspiro)...tranquilo Pazu, estoy bien, solo estoy un poco mas agotada de lo normal, solo eso, no es nada de lo que preocuparse- Al terminar de decir esto Violeta sonrió débilmente pero claramente pareciera que algo le afectara. Pazu con sus sentidos sobre humanos no pudo detectar nada mas ademas de un pulso mas débil de lo normal, por lo que asumió que debía decir la verdad y no quiso seguir hostigando a la joven, lo mejor seria dejarle descansar hasta que se sintiera mejor, por lo que Pazu solo respondió:
-Si necesitas algo debes hacérmelo saber, si estas en mi cabaña eres mi responsabilidad y no deseo que ningún mal te aqueje, eres mi invitada pero también te has vuelto mi amiga- Al terminar de decir esto Violeta sintió una gran alegría, no era usual que Pazu diera alguna señal de cariño pero siempre era muy atento con ella, parecía que intentaba mantener su distancia aunque le fuera difícil hacer esto mismo, la joven pensaba que el debía tener sus motivos y por lo tanto sentía gran dicha cada vez que sentía que su testarudo hombre bestia mostraba mas de un sentimiento por ella. La tarde continuo y poco a poco la noche llego, este páramo helado se tornaba de un azul hermoso, la luz plateada de la luna hacia ver aun mas pura la blanca nieve y las sendas oscuras y heladas parecían guardar secretos de la naturaleza que congela, la cabaña de Pazu deja salir suavemente humo por su chimenea y esto logra la calefacción de la humilde cabaña, Pazu sale a deambular por la blanca nieve, aquello le recuerda que esta vivo, a su vez le sirve para pensar en soledad, desde que la joven Violeta había llegado a su destino, muchas cosas habían cambiado y entre ellas su soledad, Pazu a pesar de estar muy agradecido con Violeta era alguien de costumbres y necesitaba tiempo para si mismo, desde que tenia memoria era así, o al menos lo que su memoria le permitía recordar de si mismo, siempre antes de salir de la cabaña verificaba que Violeta se encontraba bien y no faltara nada en su ausencia, a pesar de todos sus cuidados nunca se sentía seguro de alejarse mucho ya de su cabaña, sentía la imperiosa necesidad de cuidar de la joven Violeta, desde su perspectiva aquella muchacha solo era una joven, algo mas que una niña, necesitaba ser cuidada, el siempre cuido de si mismo y velo solo por su propio bien, aun así sentía que algo faltaba en su interior, la sensación de velar por alguien mas le parecía tan natural como quien recuerda que el cielo es azul, aunque cada vez que intentaba recordar a quienes cuido alguna vez, el sórdido dolor de cabeza volvía, el solo pensar en su pasado era ya una molestia, por lo mismo se concentraba en su presente y como atesoraba nuevos recuerdos, aun recordaba la primera vez que la joven Violeta había visto la nueva cama que el había tallado para ella, o como cada vez que se encontraba en su forma de oso Violeta le abrazaba una pata como si fuera un peluche para luego intentar montarle, el hombre bestia no se lo permitía pero entendía que con esos juegos infantiles ella intentaba alegrar a aquel hombre que siempre parecía a un paso de la locura y la angustia portando una mascara de serenidad. Pazu vio la luna en lo alto y pensó que era hora de volver, se había vuelto una costumbre para el intercambiar algunas palabras antes de dormir con su pequeña allegada. Al llegar a la cabaña Pazu pudo sentir que algo andaba mal, había un aroma distinto al común, Violeta saludo débilmente a Pazu desde su cama y no dijo nada mas, como si el agotamiento hubiera podido con ella, el hombre bestia se acerco rápidamente a donde yacía Violeta y le observo, se encontraba con sus mejillas coloradas y sudaba, al poner la mano sobre su frente pudo notar que se encontraba ardiendo y que su sudor era frió, Pazu entendió de inmediato que la joven de cabellos oscuros se encontraba enferma, posiblemente no estaba acostumbrada al clima del lugar o los cuidados que tenia en su antiguo hogar eran mucho mas grandes, quizás ella no era tan fuerte como decía ser y se había esforzado mas de la cuenta, Pazu comenzó a tener tantas preguntas en su cabeza que tuvo que darse un golpe para espabilar y comenzar a pensar como solía, mientras Pazu le observaba y Violeta despertó y en un tono delicado dijo:
-Hola Pazu...no te preocupes por mi...esto solo debe ser un resfriado...mi salud es fuerte pero hasta alguien como yo puede enfermar a vece...-antes de que pudiera terminar su frase comenzó a toser y no hablo mas, el hombre bestia sintió como se debilitaba la joven Violeta, como había podido olvidar que las personas enferman sobre todo en ambientes húmedos o fríos, Violeta le acompañaba en pleno bosque congelado con las ropas que habían confeccionado, pero podía que eso no hubiera sido suficiente para mantenerla protegida. Pazu comenzó a pensar como podía ayudarle, entonces Violeta volvió a abrir los ojos y le dijo:
-Pazu...tienes mas pieles, siento mucho frió, solo deseo abrigarme mas por esta noche...- Al escuchar esto Pazu inmediatamente comprobó la temperatura de Violeta y a pesar de estar afiebrada en su cara, su cuerpo se encontraba helado, el angustiado hombre bestia tenia mas pieles pero temía que aquello no fuera suficiente para mantenerla bien, puesto que si le volvía a tener fiebre requería de un cuidado mas de cerca , por lo que determino que le abrigaría el mismo, se transformo en oso sin meditarlo mas y con sumo cuidado cobijo a la joven Violeta, ella al sentir que alguien le cobijaba pudo conciliar el sueño.
Esa noche Violeta tuvo un sueño en donde volvía a ver a su padre, estaban en un verde prado, ella era solo una niña y recordaba como jugaba con el, todo parecía ir muy bien hasta que llegaba su hermano mayor, un hombre de alta estatura y semblante serio, de un momento a otro su padre le abrazaba y le pedía que fuera a el hogar, el necesitaba hablar de algo con su hermano, entonces todo se volvía negro. Violeta despertó abrazando a Pazu, este le miro en su forma de oso con tranquilidad, ella se asusto por unos segundos pero noto la mirada de Pazu y se tranquilizo, el al ver como la joven Violeta había despertado Pazu se levanto y adopto su forma humana, le volvió a tomar la temperatura y a pesar de seguir enferma, se encontraba mucho mas estable a cuando le había encontrado en la noche. Violeta seguía un poco aturdida por el sueño que había tenido y por despertar junto a el preocupado hombre bestia, por lo que le pregunto porque el estaba a su lado, Pazu solo respondió:
-Cuando volví de mi caminata nocturna estabas bañada en sudor con fiebre pero a la vez tu temperatura bajo de un momento a otro, me pediste que te tapara con mas cueros pero pensé que así no podría saber como te encontrabas o si necesitabas algo, por lo que opte por cuidarte, espero no haber sido una molestia, lo siento...- Antes de que Pazu pudiera terminar, la joven señorita Violeta le dio un abrazo y dijo:
-A veces no lo comprendo...¿no dormiste en toda la noche por cuidarme y te disculpas?, debes estar un poco loco, yo soy quien esta enormemente agradecida...- Al terminar de decir aquello Pazu le dejo suavemente en la cama, puesto que aun no se recuperaba del todo la joven señorita. Al asegurarse de que la joven Violeta se encontraba mas estable Pazu le comento que tenia la idea de ir por yerbas medicinales para poder acelerar su recuperación, su olfato le indicaría donde se encontraban ,pero que podría demorar, que se preocuparía de tener todo listo para ella durante el día, mas el se ausentaría buscando aquellas yerbas, no tardaría mas que un par de horas, antes del anochecer ya estaría de vuelta para poder seguir cuidando de la joven Violeta. El hombre bestia cumpliendo con su palabra dejo una porción de comida que solo necesitaba ser calentada por Violeta y ella debería mantenerse en reposo mientras Pazu buscaba las yerbas necesarias para su recuperación. Cuando era el medio día la joven señorita Violeta encendió la chimenea y calentó la comida que le había dejado preparado el hombre bestia, esta no era de lo mejor pero había notado que Pazu se había esforzado en cocinar algo que fuera nutritivo y cálido, mientras el día pasaba lentamente se preguntaba donde se encontraría su estimado hombre bestia, mientras la joven Violeta se perdía en sus pensamientos mientras comía noto que había movimiento fuera de la cabaña, al salir no podía creer lo que estaba viendo.
Pazu había llegado hasta lo profundo de una cueva para obtener la ultima yerba que necesitaba, al notar que tenia todo consigo podía volver al hogar y intentar cuidar de mejor forma a la joven que comenzaba a estimar, vio como poco a poco el sol se iba escondiendo una vez mas y acelero su paso, deseaba poder cuidar de aquella pequeña vida que confiaba plenamente en el, mientras se acercaba a su cabaña su agudizado sentido del olfato le fue indicando que algo se encontraba fuera de lugar, pero era tal su preocupación por la salud de la joven Violeta que no se detuvo a analizar la situación como era propio de el, al alcanzar la distancia adecuada pudo ver como una tropa de soldados se encontraban fuera de su cabaña custodiándola, Pazu quedo sorprendido, porque soldados estarían custodiando su hogar, mas aun en aquel bosque perdido, ¿acaso serian esta vez bandidos mas organizados?, habían muchas preguntas en la cabeza de Pazu, pero el se concentro en agudizar sus sentidos y organizar en su mente los hechos, al realizar esta acción noto que la joven Violeta aun se encontraba en la cabaña y parecía estar hablando con un hombre, parecía discutir con el, de pronto pudo sentir un golpe, un tipo de bofetada, luego de aquello solo pudo escuchar como el hombre seguía gritando y la joven señorita Violeta sollozaba, aquello hizo perder los estribos a Pazu, de un momento a otro cambio a su forma osuna, sin otra cosa en su cabeza se dirigió hacia la cabaña, una vez los soldados vieron arremeter un gran oso contra ellos, tomaron sus posiciones de ataque, eran cuatro hombres y parecían profesionales, todos portaban grandes escudos y espadas, se encontraban bien equipados con armaduras de cuerpo completo, como solo cabria esperar de soldados altamente entrenados. El oso arremetió contra uno de los hombres para sacarle de su camino, blandió con fuerza sus garras pero el hombre soporto el golpe alzando su escudo, los otros tres hombres tomaron la distancia , dos de ellos arrojaron cadenas para inmovilizar al furioso oso, las cadenas lograron tomar el cuello y los brazos de la bestia, en ese momento los dos soldados que permanecían libres sacaron sus enormes espadas y corrieron contra el oso para apuñalarle, Pazu al entender cual seria su destino si no se movía en cosas de segundos el seria asesinado, solo pudo soltar un gran rugido, uno tan fuerte que logro dañar los odios de todos los presentes, fue tal el sonido que el bosque pareció palidecer por unos segundos, escapando las aves y toda la vida animal deteniéndose ante tal estruendo, eso le dio los segundos necesario para tomar una de las cadenas que lo inmovilizaba y puesto que esta le retenía en vez de ejercer fuerza contra ella, el se abalanzo hacia el soldado que la portaba, no importaba que tan bien estuviera protegido aquel hombre, el no era solo una bestia y una vez estuvo cerca de el con sus garras apunto a un pequeño lugar que quedaba descubierto en su cuello, le asesino de inmediato mientras sus garras atravesaban su garganta, los otros tres soldados que permanecían en pie en vez de acobardarse se incorporaron al ataque aprovechando que el oso se encontraba de espaldas, pero para suerte de el oso, el no era solo una bestia, el era un hombre bestia, tomando el cuerpo inerte del caballero con una mano lo arrojo hacia los caballeros, esto logro detener a dos de ellos pero un tercero logro esquivar aquello y con su espada intento apuñalar al oso, Pazu recibió el golpe con la espada, lo logro calar hondo en su carne pero si le causo una herida, la espada había quedado atorada en el gran pelaje del oso por lo que que solo con sus dos patas la bestia aplasto al hombre sin compasión, tenia que entrar al hogar y ver como se encontraba Violeta, era lo único que importaba ahora, dejo a atrás a los dos soldados que aun no se reponían de haber recibido el impacto con el peso muerto de su compañero y entro a la cabaña, allí solo encontró llorando en un extremo a Violeta, Pazu volvió a su forma humana y comprobó que estaba bien, en ese instante por su espalda algo se movió, Pazu pudo sentir el crujir de la madera y logro dar la vuelta a tiempo, un hombre alto y rubio con una espada intentaba apuñalarle sin miramientos, poseía una armadura de metal negro, parecía hecha especialmente a su medida, Pazu sin miramientos golpeo con su puño el pecho de aquel hombre, hundiendo la armadura de aquel hombre y haciéndole salir disparado por la puerta de entrada, quedando fuera de la cabaña, a pesar de estar en su forma humana, Pazu seguía conservando habilidades sobre humanas ademas de su fuerza, pero no solo eso, el hombre bestia también sabia como luchar con sus puños, algo que el parecía no recordar pero su cuerpo si. Violeta al alzar la mirada y ver a Pazu le abrazo de inmediato, Pazu solo deseaba comprobar que la joven Violeta se encontrara bien, al notar que no poseía ninguna herida se tranquilizo, pero Violeta al ver a Pazu, el se encontraba herido, tenia un corte en sus costillas, no eran de gran tamaño pero sangraba, el hombre bestia parecía no notarlo, pero esto le hizo preocupar y decir:
-Pazu, estas sangrando, ¿estas bien?-
-Estoy bien, no te preocupes por mi, no moriré por esto, pero tu debes explicarme, ¿que es lo que ha ocurrido aquí?, ¿quien era ese tipo que te golpeo?, ¿lo conoces?...-al decir esto Pazu noto como la cara de Violeta palidecía y no miraba a los ojos de Pazu,finalmente le contesto
-Aquel hombre que intento asesinarte es mi hermano mayor, se llama "Crisantemo", y ha venido por mi- Pazu quedo sorprendido, aquel hombre era parte de la familia de Violeta, parecía un guerrero o algo por el estilo, pronto debería averiguar el motivo de todo este alboroto...
(continuara)
(...para los que no lo sepan, crisantemo es el nombre de una flor)
Parte 2
En un bosque sin nombre alejado del mundo conocido por el hombre, un manto congelado, delicado y hermoso cubre de forma singular los espesos arboles que cubren el inmemorial territorio, el invierno a llegado a estas tierras olvidadas por el hombre común, en este páramo congelado se dice que transita un hombre bestia condenado por una antigua maldición. En la espesura del bosque una cabaña vuelve a dejar salir una pequeña bocanada de humo, hay rastros de una choza con calefacción en este maravilloso bosque congelado, entre la nieve se puede ver los seguros pasos de una enorme bestia, huellas de oso es lo que son, pero algo extraño hay detrás de estas huellas, pisadas de un considerable menor tamaño le siguen, pareciera ser que un humano acompaña a tan temible bestia. Pazu camina en su forma osuna mientras lleva madera seca sobre si, le sigue la joven Violeta abrigada por pieles de animales, un traje rustico pero abrigador, mientras lleva un saco con algunos alimentos que pueden ser comestibles, aquel saco no parece estar pletórico pero contiene la cantidad necesaria para sobrevivir. Ya han pasado dos meses desde que la joven Violeta decidiera estar una temporada con el hombre bestia Pazu, alejada de la vida normal, donde existen ciudadelas llenas de personas y los hogares son cálidos, pero la vida de Violeta no volvería a ser la misma aunque volviera, su padre, su única familia directa, murió a manos de bandidos y ella por suerte del destino logro salir viva de aquel encuentro con la muerte, Pazu a su vez tiene una vida diferente a la habitual, su vida no tenia mayor preocupación que la de olvidar, sobrevivir jamas supuso un problema, pero el olvidar si, condenado a su forma bestial y castigado con la eterna soledad los días que pasa con su pequeña allegada han dado calma al frió corazón de Pazu, El invierno llego lentamente desplazando las hojas doradas por un blanco inmaculado, el rió semi congelado ofrece un espectáculo de colores hermosos y la naturaleza descansa esperando despertar en la siguiente estación, así con estos fríos y tranquilos días Violeta y Pazu recorren los blancos senderos sin nombre. Al volver a la cabaña se pueden ver algunos cambios en esta, parece un lugar mas ordenado con el toque que solo podría dar una personalidad femenina, ahora existen dos camas con un grado de confección mayor al estilo rustico anterior, a su vez la cocina parece tener mas instrumentos y existe una variedad de repisas con utensilios para el hogar, algunos libros por el lugar, rescatados de la carroza donde se transportaba Violeta con su padre y siempre con flores, aun en invierno, la tumba de el padre de Violeta junto con el cochero. Una vez entra Pazu y Violeta a la cabaña esta enciende la chimenea del hogar y comienza a preparar lo que sera su almuerzo para el día de hoy, Pazu vuelve a su apariencia humana , solo cubre su parte superior con una chaqueta de cuero que queda abierta, sigue solo teniendo pantalones y sigue descalzo, su forma humana mantiene beneficios de su forma bestial, lo cual en esta temporada parece bastante cómodo a pesar de ser una maldición. Comen juntos y charlan de asuntos sin mucha importancia, mientras charlan Pazu puede notar que Violeta se encuentra un poco decaída, su personalidad no resalta por ser efusiva pero siempre parecía de animo para charlar y mantener el buen animo, entonces Pazu pregunta en tono preocupado:
-Violeta, estas un poco distinta hoy, puede que solo sea una impresión equivocada pero ¿te encuentras bien?- Al terminar de decir eso Pazu agudiza sus sentidos para intentar ver si puede averiguar algo por ese medio mientras Violeta le responde:
-...(suspiro)...tranquilo Pazu, estoy bien, solo estoy un poco mas agotada de lo normal, solo eso, no es nada de lo que preocuparse- Al terminar de decir esto Violeta sonrió débilmente pero claramente pareciera que algo le afectara. Pazu con sus sentidos sobre humanos no pudo detectar nada mas ademas de un pulso mas débil de lo normal, por lo que asumió que debía decir la verdad y no quiso seguir hostigando a la joven, lo mejor seria dejarle descansar hasta que se sintiera mejor, por lo que Pazu solo respondió:
-Si necesitas algo debes hacérmelo saber, si estas en mi cabaña eres mi responsabilidad y no deseo que ningún mal te aqueje, eres mi invitada pero también te has vuelto mi amiga- Al terminar de decir esto Violeta sintió una gran alegría, no era usual que Pazu diera alguna señal de cariño pero siempre era muy atento con ella, parecía que intentaba mantener su distancia aunque le fuera difícil hacer esto mismo, la joven pensaba que el debía tener sus motivos y por lo tanto sentía gran dicha cada vez que sentía que su testarudo hombre bestia mostraba mas de un sentimiento por ella. La tarde continuo y poco a poco la noche llego, este páramo helado se tornaba de un azul hermoso, la luz plateada de la luna hacia ver aun mas pura la blanca nieve y las sendas oscuras y heladas parecían guardar secretos de la naturaleza que congela, la cabaña de Pazu deja salir suavemente humo por su chimenea y esto logra la calefacción de la humilde cabaña, Pazu sale a deambular por la blanca nieve, aquello le recuerda que esta vivo, a su vez le sirve para pensar en soledad, desde que la joven Violeta había llegado a su destino, muchas cosas habían cambiado y entre ellas su soledad, Pazu a pesar de estar muy agradecido con Violeta era alguien de costumbres y necesitaba tiempo para si mismo, desde que tenia memoria era así, o al menos lo que su memoria le permitía recordar de si mismo, siempre antes de salir de la cabaña verificaba que Violeta se encontraba bien y no faltara nada en su ausencia, a pesar de todos sus cuidados nunca se sentía seguro de alejarse mucho ya de su cabaña, sentía la imperiosa necesidad de cuidar de la joven Violeta, desde su perspectiva aquella muchacha solo era una joven, algo mas que una niña, necesitaba ser cuidada, el siempre cuido de si mismo y velo solo por su propio bien, aun así sentía que algo faltaba en su interior, la sensación de velar por alguien mas le parecía tan natural como quien recuerda que el cielo es azul, aunque cada vez que intentaba recordar a quienes cuido alguna vez, el sórdido dolor de cabeza volvía, el solo pensar en su pasado era ya una molestia, por lo mismo se concentraba en su presente y como atesoraba nuevos recuerdos, aun recordaba la primera vez que la joven Violeta había visto la nueva cama que el había tallado para ella, o como cada vez que se encontraba en su forma de oso Violeta le abrazaba una pata como si fuera un peluche para luego intentar montarle, el hombre bestia no se lo permitía pero entendía que con esos juegos infantiles ella intentaba alegrar a aquel hombre que siempre parecía a un paso de la locura y la angustia portando una mascara de serenidad. Pazu vio la luna en lo alto y pensó que era hora de volver, se había vuelto una costumbre para el intercambiar algunas palabras antes de dormir con su pequeña allegada. Al llegar a la cabaña Pazu pudo sentir que algo andaba mal, había un aroma distinto al común, Violeta saludo débilmente a Pazu desde su cama y no dijo nada mas, como si el agotamiento hubiera podido con ella, el hombre bestia se acerco rápidamente a donde yacía Violeta y le observo, se encontraba con sus mejillas coloradas y sudaba, al poner la mano sobre su frente pudo notar que se encontraba ardiendo y que su sudor era frió, Pazu entendió de inmediato que la joven de cabellos oscuros se encontraba enferma, posiblemente no estaba acostumbrada al clima del lugar o los cuidados que tenia en su antiguo hogar eran mucho mas grandes, quizás ella no era tan fuerte como decía ser y se había esforzado mas de la cuenta, Pazu comenzó a tener tantas preguntas en su cabeza que tuvo que darse un golpe para espabilar y comenzar a pensar como solía, mientras Pazu le observaba y Violeta despertó y en un tono delicado dijo:
-Hola Pazu...no te preocupes por mi...esto solo debe ser un resfriado...mi salud es fuerte pero hasta alguien como yo puede enfermar a vece...-antes de que pudiera terminar su frase comenzó a toser y no hablo mas, el hombre bestia sintió como se debilitaba la joven Violeta, como había podido olvidar que las personas enferman sobre todo en ambientes húmedos o fríos, Violeta le acompañaba en pleno bosque congelado con las ropas que habían confeccionado, pero podía que eso no hubiera sido suficiente para mantenerla protegida. Pazu comenzó a pensar como podía ayudarle, entonces Violeta volvió a abrir los ojos y le dijo:
-Pazu...tienes mas pieles, siento mucho frió, solo deseo abrigarme mas por esta noche...- Al escuchar esto Pazu inmediatamente comprobó la temperatura de Violeta y a pesar de estar afiebrada en su cara, su cuerpo se encontraba helado, el angustiado hombre bestia tenia mas pieles pero temía que aquello no fuera suficiente para mantenerla bien, puesto que si le volvía a tener fiebre requería de un cuidado mas de cerca , por lo que determino que le abrigaría el mismo, se transformo en oso sin meditarlo mas y con sumo cuidado cobijo a la joven Violeta, ella al sentir que alguien le cobijaba pudo conciliar el sueño.
Esa noche Violeta tuvo un sueño en donde volvía a ver a su padre, estaban en un verde prado, ella era solo una niña y recordaba como jugaba con el, todo parecía ir muy bien hasta que llegaba su hermano mayor, un hombre de alta estatura y semblante serio, de un momento a otro su padre le abrazaba y le pedía que fuera a el hogar, el necesitaba hablar de algo con su hermano, entonces todo se volvía negro. Violeta despertó abrazando a Pazu, este le miro en su forma de oso con tranquilidad, ella se asusto por unos segundos pero noto la mirada de Pazu y se tranquilizo, el al ver como la joven Violeta había despertado Pazu se levanto y adopto su forma humana, le volvió a tomar la temperatura y a pesar de seguir enferma, se encontraba mucho mas estable a cuando le había encontrado en la noche. Violeta seguía un poco aturdida por el sueño que había tenido y por despertar junto a el preocupado hombre bestia, por lo que le pregunto porque el estaba a su lado, Pazu solo respondió:
-Cuando volví de mi caminata nocturna estabas bañada en sudor con fiebre pero a la vez tu temperatura bajo de un momento a otro, me pediste que te tapara con mas cueros pero pensé que así no podría saber como te encontrabas o si necesitabas algo, por lo que opte por cuidarte, espero no haber sido una molestia, lo siento...- Antes de que Pazu pudiera terminar, la joven señorita Violeta le dio un abrazo y dijo:
-A veces no lo comprendo...¿no dormiste en toda la noche por cuidarme y te disculpas?, debes estar un poco loco, yo soy quien esta enormemente agradecida...- Al terminar de decir aquello Pazu le dejo suavemente en la cama, puesto que aun no se recuperaba del todo la joven señorita. Al asegurarse de que la joven Violeta se encontraba mas estable Pazu le comento que tenia la idea de ir por yerbas medicinales para poder acelerar su recuperación, su olfato le indicaría donde se encontraban ,pero que podría demorar, que se preocuparía de tener todo listo para ella durante el día, mas el se ausentaría buscando aquellas yerbas, no tardaría mas que un par de horas, antes del anochecer ya estaría de vuelta para poder seguir cuidando de la joven Violeta. El hombre bestia cumpliendo con su palabra dejo una porción de comida que solo necesitaba ser calentada por Violeta y ella debería mantenerse en reposo mientras Pazu buscaba las yerbas necesarias para su recuperación. Cuando era el medio día la joven señorita Violeta encendió la chimenea y calentó la comida que le había dejado preparado el hombre bestia, esta no era de lo mejor pero había notado que Pazu se había esforzado en cocinar algo que fuera nutritivo y cálido, mientras el día pasaba lentamente se preguntaba donde se encontraría su estimado hombre bestia, mientras la joven Violeta se perdía en sus pensamientos mientras comía noto que había movimiento fuera de la cabaña, al salir no podía creer lo que estaba viendo.
Pazu había llegado hasta lo profundo de una cueva para obtener la ultima yerba que necesitaba, al notar que tenia todo consigo podía volver al hogar y intentar cuidar de mejor forma a la joven que comenzaba a estimar, vio como poco a poco el sol se iba escondiendo una vez mas y acelero su paso, deseaba poder cuidar de aquella pequeña vida que confiaba plenamente en el, mientras se acercaba a su cabaña su agudizado sentido del olfato le fue indicando que algo se encontraba fuera de lugar, pero era tal su preocupación por la salud de la joven Violeta que no se detuvo a analizar la situación como era propio de el, al alcanzar la distancia adecuada pudo ver como una tropa de soldados se encontraban fuera de su cabaña custodiándola, Pazu quedo sorprendido, porque soldados estarían custodiando su hogar, mas aun en aquel bosque perdido, ¿acaso serian esta vez bandidos mas organizados?, habían muchas preguntas en la cabeza de Pazu, pero el se concentro en agudizar sus sentidos y organizar en su mente los hechos, al realizar esta acción noto que la joven Violeta aun se encontraba en la cabaña y parecía estar hablando con un hombre, parecía discutir con el, de pronto pudo sentir un golpe, un tipo de bofetada, luego de aquello solo pudo escuchar como el hombre seguía gritando y la joven señorita Violeta sollozaba, aquello hizo perder los estribos a Pazu, de un momento a otro cambio a su forma osuna, sin otra cosa en su cabeza se dirigió hacia la cabaña, una vez los soldados vieron arremeter un gran oso contra ellos, tomaron sus posiciones de ataque, eran cuatro hombres y parecían profesionales, todos portaban grandes escudos y espadas, se encontraban bien equipados con armaduras de cuerpo completo, como solo cabria esperar de soldados altamente entrenados. El oso arremetió contra uno de los hombres para sacarle de su camino, blandió con fuerza sus garras pero el hombre soporto el golpe alzando su escudo, los otros tres hombres tomaron la distancia , dos de ellos arrojaron cadenas para inmovilizar al furioso oso, las cadenas lograron tomar el cuello y los brazos de la bestia, en ese momento los dos soldados que permanecían libres sacaron sus enormes espadas y corrieron contra el oso para apuñalarle, Pazu al entender cual seria su destino si no se movía en cosas de segundos el seria asesinado, solo pudo soltar un gran rugido, uno tan fuerte que logro dañar los odios de todos los presentes, fue tal el sonido que el bosque pareció palidecer por unos segundos, escapando las aves y toda la vida animal deteniéndose ante tal estruendo, eso le dio los segundos necesario para tomar una de las cadenas que lo inmovilizaba y puesto que esta le retenía en vez de ejercer fuerza contra ella, el se abalanzo hacia el soldado que la portaba, no importaba que tan bien estuviera protegido aquel hombre, el no era solo una bestia y una vez estuvo cerca de el con sus garras apunto a un pequeño lugar que quedaba descubierto en su cuello, le asesino de inmediato mientras sus garras atravesaban su garganta, los otros tres soldados que permanecían en pie en vez de acobardarse se incorporaron al ataque aprovechando que el oso se encontraba de espaldas, pero para suerte de el oso, el no era solo una bestia, el era un hombre bestia, tomando el cuerpo inerte del caballero con una mano lo arrojo hacia los caballeros, esto logro detener a dos de ellos pero un tercero logro esquivar aquello y con su espada intento apuñalar al oso, Pazu recibió el golpe con la espada, lo logro calar hondo en su carne pero si le causo una herida, la espada había quedado atorada en el gran pelaje del oso por lo que que solo con sus dos patas la bestia aplasto al hombre sin compasión, tenia que entrar al hogar y ver como se encontraba Violeta, era lo único que importaba ahora, dejo a atrás a los dos soldados que aun no se reponían de haber recibido el impacto con el peso muerto de su compañero y entro a la cabaña, allí solo encontró llorando en un extremo a Violeta, Pazu volvió a su forma humana y comprobó que estaba bien, en ese instante por su espalda algo se movió, Pazu pudo sentir el crujir de la madera y logro dar la vuelta a tiempo, un hombre alto y rubio con una espada intentaba apuñalarle sin miramientos, poseía una armadura de metal negro, parecía hecha especialmente a su medida, Pazu sin miramientos golpeo con su puño el pecho de aquel hombre, hundiendo la armadura de aquel hombre y haciéndole salir disparado por la puerta de entrada, quedando fuera de la cabaña, a pesar de estar en su forma humana, Pazu seguía conservando habilidades sobre humanas ademas de su fuerza, pero no solo eso, el hombre bestia también sabia como luchar con sus puños, algo que el parecía no recordar pero su cuerpo si. Violeta al alzar la mirada y ver a Pazu le abrazo de inmediato, Pazu solo deseaba comprobar que la joven Violeta se encontrara bien, al notar que no poseía ninguna herida se tranquilizo, pero Violeta al ver a Pazu, el se encontraba herido, tenia un corte en sus costillas, no eran de gran tamaño pero sangraba, el hombre bestia parecía no notarlo, pero esto le hizo preocupar y decir:
-Pazu, estas sangrando, ¿estas bien?-
-Estoy bien, no te preocupes por mi, no moriré por esto, pero tu debes explicarme, ¿que es lo que ha ocurrido aquí?, ¿quien era ese tipo que te golpeo?, ¿lo conoces?...-al decir esto Pazu noto como la cara de Violeta palidecía y no miraba a los ojos de Pazu,finalmente le contesto
-Aquel hombre que intento asesinarte es mi hermano mayor, se llama "Crisantemo", y ha venido por mi- Pazu quedo sorprendido, aquel hombre era parte de la familia de Violeta, parecía un guerrero o algo por el estilo, pronto debería averiguar el motivo de todo este alboroto...
(continuara)
(...para los que no lo sepan, crisantemo es el nombre de una flor)
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