Sali corriendo, no podía soportarlo mas, yo no pertenecía a ese lugar. Vi como algunas alumnas aun estaban en la entrada prontas a retirarse. No salude ni me despedí, solo deseaba salir corriendo.
Mientras caminaba hacia el metro observe el cielo, nublado cielo. Una gran bocanada de aire helado entra a mis pulmones y solo se traduce en un severo suspiro. No entiendo nada de lo que ocurre dentro de mi, pero la ira se ha apoderado por completo de mis emociones. Una ira sorda y sórdida, me gustaría tomar todo cuanto tengo y destruirlo, no limitarme a lo material, tomar conceptos, ideas, recuerdos, pensamientos, personas, posesiones. Destruirlo todo, y luego desde los escombros caminar complacido de ello. Le doy unas vueltas a aquella idea mientras camino, después de todo, se que no puedo destruir nada, aunque quiera. Esto no se deba a la imposibilidad material de efectuar la acción, sino que a una debilidad absoluta a olvidar algo que es mio.
Estoy frente al torniquete del metro, paso la tarjeta y suena el artificial sonido, ya no hay vuelta atrás. Tomo el metro y me coloco mis audífonos, escuchar música quizás ayude. No suelo escuchar la música fuerte debido a que me interesa poder mantenerme alerta en cualquier situación, pero ahora subo la música cerca del máximo, poco me importa estar alertado, mejor para mi que alguien se meta conmigo, tendré la excusa de poder destrozar a alguien a golpes. Un frió se cuela dentro de mi, esta claro que no es por falta de abrigo, pero cuando tu interior se comienza a congelar, poco se puede hacer.
Llego a mi hogar, me pregunto si realmente deseaba estar aquí, pero si no es aquí, ¿donde?, no tengo otro lugar al que ir, no tengo un lugar seco en donde poder permanecer y pensar y aunque puede que no sea el mejor lugar, al menos es mio dentro de ciertos términos. Mis pensamientos siguen alborotados y por lo tanto mi animo igual, puedo saludar con funcionalidad, pero no podría sostener una conversación, ni aunque quisiera, por suerte aquí eso no es problema. Almuerzo, en silencio, no tengo nada que decir después de todo, o quizás como he escuchado:
-"Si no tienes nada bueno que decir, mejor no digas nada"-.
Necesito salir y pensar en otras cosas, antes que me vuelva loco, es eso o acostarme y son solo las tres de la tarde. Me decanto por salir a caminar aunque llueva suavemente. Me detengo a pensar un momento si es prudente salir con lluvia, me rió de mi mismo, ¿cuando eso ha sido problema?.
-Caminar bajo la lluvia y en parque hacen lo suyo, los pensamientos se calman, la rabia se va, poco a poco solo queda disfrutar el paisaje mojado. A veces viene la tristeza, el frió, la melancolía, pero todo se diluye, con el tiempo adecuado todo va pasando. No es rápido, debe pasar tiempo, pero todo pasa.
-Comienza a oscurecer, es hora de volver, una ultima idea se cruza en mi cabeza...un momento, es tan solo un momento..¿un momento, es tan solo un momento?.
Odio estar tan inestable.
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