Amigo: ¿Vamos caminando?
Yo: Si, ya se esta haciendo tarde
Así tomo mi abrigo, una chaqueta muy gruesa, era de mi padre hasta que un día decidí usarla de vez en cuando, de leñador digo que parece, guardo unas cartas y un libro, me coloco mis guantes de cuero negro y se nos abre la puerta que da a la calle.
Afuera sigue lloviendo, a llovido todo el día, de forma débil y uniforme, me encanta ver como las pequeñas gotas se ven a contra luz.
Amigo: Acércame al metro, de ahí yo sigo solo, si quieres claro.
Yo: Claro, te "apaño" así hablamos un rato mas.
Amigo: Bueno, entonces en marcha, vamos por aquí.
Yo: Oka.
Así nos ponemos en marcha, yo voy bastante abrigado, llevo mi bufanda única, después de todo, jamas e visto otra bufanda con un botón, y mi gran chaqueta, también llevo un paraguas, azul claro con un diseño a cuadros, mi amigo se ve bastante mas desabrigado, por lo que le ofrezco mi paraguas; acepta sin poner muchos peros. La lluvia se siente maravillosa el día que sea a la hora que sea, pero de noche, tiene un encanto especial. Caminar y hablar es algo que siempre se disfruta, no tocamos ningún tema en especial, solo lo repasado en la tarde compartida, exponemos algunos puntos de vista y sin darme cuenta, por acompañarle quedo mas alejado de mi hogar, al menos mas de lo que tenia estimado. No importa realmente, caminar siempre me a sido grato. Llegamos al metro y bajamos, terminamos la conversación ,que realmente estaba en cualquier lugar.
Amigo: Bueno loco, cuídate y que estés bien
Yo: Tu también, juntémonos pronto, seria agradable
Amigo: Con suerte tendré una semana libre, pero ahí vemos
Yo: Oka, ahí vemos
Y el sigue su camino, aun le falta para llegar a su casa, yo por mi parte también tengo un camino que recorrer.
La ciudad de noche tiene un encanto peculiar, quizás mas bien la lluvia como ya dije, o la soledad de las calles vacías, aprieto con fuerza el mango del paraguas y mis nudillos se marcan en los guantes, doy un pequeño suspiro y el vapor tibio se mezcla con el frio ambiente, quizás me compre una sopaipilla, lo pienso mejor y ya es un problema sacar el monedero, y como una fritura en la calle puede ser perjudicial, por lo que me arrepiento.
Comienzo a caminar de vuelta a casa, pensando en cuantas veces ya eh recorrido esas calles, hoy teñidas con un aspecto mas oscuro y sombrío, por una leve niebla, por la leve lluvia, por la levedad de mi existencia. Paso por fuera de un restaurante chino muy pequeño, nada relevante, sigo mi camino y comienzo a zigzaguear por lugares y recuerdos, me encanta la imagen de todo bañando en luz tenue, con lluvia y oscuridad, paso por fuera de la antigua casa de un amigo, el ya no vive allí, solo recuerdos quedan de ese lugar.Sigo mi camino, suena el celular y lo saco de mi bolsillo:
Alguien: ¿Donde estas?, nos tienes preocupados.
Yo: Tranquila, voy caminando para la casa
Alguien: Mira tu, vente rápido no mas
Yo: No!, me perderé por los caminos, no me esperes
Alguien: Vente rápido.
La llamada termina y guardo el celular en el bolsillo, mi madre es la única que podría preocuparse por mi a estas horas, dejo de pensar en ello y apresuro el paso, la poca lluvia que cae, se las arregla para dejar lleno de pozas el camino y las calles inundadas, pero este mismo hecho me alegra de sobremanera, ya que me gusta pisar las posas con mis botas y aunque quede con todos los pies mojados, sentir que pude "chapotear" en las posas, quizás intentado atrapar lo poco de infante que me queda. Ya cerca del hogar suelto un ultimo suspiro, las calles están todas vacías, nadie se ve en ningún lugar, estas calles cargadas de recuerdos, cuantas veces e caminado por estos lugares,cuantos recuerdos tendré de todos estos lugares, y ahora, como un mal recuerdo, están todos cambiados por la lluvia y la soledad.
Me apresuro a llegar a mi casa, abro la puerta, que es protegida por una reja de no mas de 1 metro, lo cual es ironía pura. Ya e llegado, esta todo apagado, como debe ser, coloco el candado a la diminuta reja, cierro la puerta con doble llave, me quito la gran chaqueta, aviso a mi madre que llegue, la cual enojada me pregunta donde estaba, solo le contesto "Por ahí". Ya con mas tranquilidad me despojo de mis abrigos, me pongo cómodo, y prendo el computador con solo dos cosas en mente:
"Como habrá quedado el escrito de aquella persona...y debo relatar mi viaje de vuelta a casa"
(Cada lugar, muchos recuerdos, gratos y a la vez un poco dolorosos, pero al menos, los viví!)
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