Siempre aquel joven pensaba lo mismo:
"En esta vida nuestra única certeza es que moriremos".
Y con lenta agonía caminaba por el mundo sin saber en que desperdiciar su tiempo, después de todo la idea antes mencionada parecía su única inspiración, una vida inútil y sin sentido que lo mantenía en una continua decadencia.
Un día se encontró consigo mismo, ese yo que no se atrevía a mirar hace mucho tiempo, el joven en tono de voz desanimado le dijo su gran verdad.
-"En esta vida nuestra única certeza es que moriremos"
El otro yo de el mismo le miro de manera altanera y respondió con gran seguridad y cariño.
-"Te equivocas, si nuestra única certeza es saber que moriremos, pues tienes otra gran certeza"
El joven sorprendido miro desconfiado a su otro yo, no se imaginaba cual podría llegar a ser esta certeza, por lo que desconfiado pregunto.
-"¿Y cual se supone que seria esta?"
Su otro yo con una gran sonrisa solo le dijo.
-"Si sabes que vas a morir, pues por lógica tu otra gran certeza es que estas vivo!"
Y al decir esto se largo a reír, el joven soltó una pequeña carcajada, luego de eso ambos siguieron su camino, uno un poco mas optimista, el otro pensando en cuando su otro yo necesitaría nuevamente de el(lento o rápido el tiempo y las cosas pasan, manos congeladas, al menos siento el frio)
No hay comentarios:
Publicar un comentario