Cuando vas avanzando en tu vida, resulta imposible en los primeros momentos no mirar hacia atrás una y otra vez. Aunque intentas avanzar sin mediar mucho lo perdido o lo ganado, resulta que los recuerdos vienen a uno, con la ligereza de un suspiro en el viento. El mundo seguirá girando y seguirá mostrando nuevos caminos, pero esos caminos solo se abren para aquellos que quieran recorrerlos. El joven en este momento se encuentra entre la infinitud de caminos posibles, pero no quiere recorrer ninguno, siempre voltea la cabeza y mira los que ha recorrido y sin mayor problema, puede ver aquellos que dejo de lado, aquellos que se cerraron y aquellos que se abrieron. El destino actúa de formas extrañas, no existe algo como lo "destinado", pero si lo que uno hace para llegar o no a un lugar.
Las horas pasan como testigos inmóviles de la realidad, el sol y la luna se persiguen una y otra vez sin nunca encontrarse. el joven expectante mira los días pasar y solo le queda suspirar por los días pasados, por los días que vendrán, por los días...que no volverán.
(me cuesta un poco de trabajo realizar escritos largos últimamente)
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