En un ciudad sin dueño, las personas viven su vida con presunta indiferencia al mundo, donde el mundo gira y gira existen seres del submundo, seres que se ocultan en la urbe que jamas duerme, entre estos seres se encuentra un animal condenado a ser un vagabundo, siempre buscando algo en que ocupar su tiempo, su única preocupación es ver cuanto tiempo puede vivir ya que por instinto se aferra a la vida, el vagabundo animal se desplaza sin rumbo por estas calles, como si no importara cuanta gente exista, sin importar sea de noche o de día, el mundo es un lugar que debe ser recorrido, el lo hace solo porque quiere, porque así puede gastar un poco mejor el tiempo, cada lugar es un mundo por conocer, la ciudad pareciera jamas acabar si te dejas sorprender por las pequeñas maravillas del mundo.
A pesar del destino encomendado a este triste animal, el sigue teniendo una compañía ideal, una compañía que solo le deja ciertos días, cuando el perro no puede aullar a la luna llena, este se llena de melancolía y cuando la luna desaparece, siente como la inmensa soledad le invade, no tiene su norte o su guía, por lo que ya no siente ganas de correr por las calles ni dejarse llevar por el viento, solo desea esconderse hasta que su mejor amiga le salga a mostrar el camino que debe seguir.
Por eso al ver la noche sin luna el animal se siente desolado y busca un lugar cómodo donde descansar, esperando tener mejor suerte al siguiente día y así poder ver a su amiga que siempre le acompaña
(aunque a veces solo unas palabras bastan para subirte el animo...)
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